!PERO YO ME HE TROPEZADO INFINIDADA DE VECES!

martes, 1 de noviembre de 2011

"Capitulo Tres"

Capítulo 3: Mala Combinación.
- Señorita, ¿Podría pasar al frente y presentarse?- El profesor me sonrío sin prestarme atención, Alex me apretó levemente la mano para darme ánimos, camine hasta el frente del salón, sintiendo las miradas de todos sobre mí. Y ahí estaban de nuevo, los nervios y el miedo.
Alguien soltó un silbido cuando pase a su lado y me sonroje.
- Hola a todos, mi nombres es _____ _____ y vengo de, Maine– Mire a los chicos y me di cuenta de por qué la tensión de Gabriella.
¡Vaya combinación!
Recorrí rápidamente con la mirada, impresionada: En la segunda fila de pupitres en el medio, (solo dos filas separado de la mía) estaba James Dawson, en la primera fila a la izquierda: Ian Mac, con Lauren y July. Detrás de ellos estaba: Ben, dirigí mí vista hacia atrás: unos ojos marrones, me miraron desde el final del salón y me sonrieron lanzándome un beso.
Sí, que tenía suerte, cinco de los siete tóxicos en mi clase de Matemáticas.
- Gusto en tenerla en mi clase, ahora si me permiten: un segundo – Salió apresuradamente del salón y yo camine hacia mi asiento, con mí vista en el piso.
En cuestión de unos segundos sentí mi cuerpo ser jalado bruscamente a un lado y estuve sentada en el regazo de un chico.
- Carne nueva – James lamió mi cuello asquerosamente.
-¿qué te pasa? suéltame- Le grite tratando de soltarme, soltó una carcajada perversa y sentí su mano subir mi blusa.
Iba abofetearlo, cuando Alex me arranco literalmente de sus brazos. Note que Ian y Justin estaban alrededor de nosotros. Junto con un par de chicos más.
- No vuelvas a tocarla – La mirada de mi amigo destilaba odio puro, me agarro del brazo y me cubrió con su cuerpo. Gabriella me miro asustada al igual que los demás que se encontraban en el salón, con excepción de July y Lauren que ni siquiera miraban.
- Black, porque interrumpes, no ves que _____ disfrutaba al igual que yo – Se burlo soltando una desagradable risotada
- Tanto como se disfruta vomitar – Espete con un valor sacado de quien sabe dónde. Justin y Ian sonrieron burlonamente.
Dawson gruñó burlonamente como un gato y me miro con los ojos brillantes y maliciosos.
- Una fiera, así me gusta – Alex retrocedió con intención de ir a nuestros lugares.
- Eh ¿A dónde vas? No hemos terminado - Un chico de identidad desconocida nos bloqueo el paso, Mi amigo siseo molesto y supe que se estaba hartando, así que lo pase mis brazos por su cintura, para que se tranquilizara - ¿Es tu novia? – Burlo, mirándonos perversamente - No contestes, no me importa – Me guiño un ojo, y yo fruncí el ceño.
- Basta. James, ella es mía, yo la vi primero – Pude percibir mi ira crecer conforme a la de Alex. ¿Yo la vi primero? ¡Que era acaso! ¡Una taza de gelatina! (N/A: fue Ian el que dijo esto)
Fulmine a Ian con la mirada, ¡Y pensar que me había caído bien!
Justin en cambio se río entre dientes. Mirando a sus amigos despectivamente.
- Suerte – Dijo riendo todavía, al pasar junto a mí, sentí su mano palmear mi costado. Alex gruño, lo que hizo que Thomas soltara una carcajada desdeñosa.
Aprovechando la discusión de James y Ian. No escabullimos a nuestro lugar.
Nos sentamos en un silencio incomodo, Alexander parecía que estaba tratando de calmarse, abría y cerraba los puños, respirando entrecortadamente.
-Tranquilo – Le susurre tomándolo de la mano, él la alzo hasta su cara y la beso. Su semblante cambio al que estaba acostumbrada a ver, solo que aun quedaba un poco de enfado en sus ojos.
Alexander era así, era la mejor persona del mundo con todos, pero si te metías con sus amigos o su familia, le salía un genio de los mil demonios.
- Ya tardo el maestro – Musite, tratando de aflojar la tensión, que nos rodeaba. Gabriella me sonrió tímidamente y me contesto con voz de desaprobación:
- Este maestro da solo la mitad de su clase. Siempre hace lo mismo. – No volvimos a hablar hasta que la clase termino.
Mi siguiente clase, fue normal y tranquila. Sin nadie conocido, excepto Eduardo con quien converse un rato.
…………
Suspire tranquila, una vez llegue a mi casa. No había tareas, eso era enormemente bueno. Necesitaba pensar sobre lo que había pasado hoy, y las palabras de Gabriella antes de que su madre la recogiera en el instituto.
- Trata de no llamar su atención y evitarlos, _____ – Me dijo con la mirada gacha - Créeme, se que se oye de cobardes, pero es lo mejor, te lo digo por experiencia. –
Ciertamente, la confesión semioculta en el consejo, me sorprendió. Gaby también había sido víctima de "Los tóxicos" (Mi subconsciente los clasifico con ese nombre y ahora sería imposible retirarlo).
Una insana curiosidad se había apoderado de mí, queriendo saber que le habían hecho. (O ¿quién? y ¿qué?)
Pero sabía que no me lo iba a contar ahora, así como yo tampoco le iba a contar todavía el motivo de mi cambio tan drástico a Maine.
Respetaría su silencio.
Estaba preparando la cena para _____ (tu papá), cuando un sonido me sobresalto, haciéndome tirar un poco de la pasta que mezclaba en la mesa.
El sonido aumentaba conforme los segundos pasaban, era una canción. ¿De dónde venia?
Mire en la vieja radio de mi papa, pero estaba pagada, afuera… no había nada, ni un carro.
Seguí el sonido hasta... ¿Mi mochila? La abrí, totalmente confusa y saque un celular sencillo. A alguien se le había caído su celular en mi mochila. Mire el número que llamaba y note que no estaba registrado.
Dude unos segundos pero finalmente conteste.
-¿Bueno?-
- ______ – Una suave voz, me contesto.
-¿Quién eres?- pregunte un poco asustada de que conociera mi nombre. - Creo que tu celular se cayó en mi mochila, dime tu dirección y te lo devolveré -
Hubo un pequeño silencio al otro lado del teléfono.
- ¿Quién soy? – Parecía sorprendido de que no lo reconociera, la voz me parecía conocida, pero no recordaba - ¿Alguien aparte de mi te ofreció un celular? – Me pregunto sarcástico. – Soy Tom-
Golpee mi cabeza con mi mano silenciosamente. ¡Bravo _____, eres una idiota!
- ¿En qué momento, metiste esto en mi mochila? – ¡Era imposible! No la había soltado para nada.
-Tengo mis medios – Afirmo muy pagado de sí mismo, eso me recordó que era un imbécil, (No lo había olvidado, pero con la reciente sorpresa mi cerebro estaba aturdido)
 – Entonces, ¿Pensaste lo que te dije? Te paso a buscar el viernes a las 8 – Continuo, sin esperar mi respuesta. Wow, sí que era ególatra, seguía pensando que iba a salir con él.
- No, y mañana te devuelvo esto – Le espete y le colgué.
Apague el celular. No quería que me este molestando, suficiente había tenido en el instituto, como para que también en mi casa no me dejen en paz
Termine la cena, mientras charlaba con Alex por teléfono, sobre un programa de televisión que veíamos al mismo tiempo.
Me duche y me acosté a "dormir".
Si se puede llamar dormir, a dejarse inconsciente con los somníferos que me recetaban.
Hola, perdón por tardar tanto, pero mi abuela tuvo un accidente, y estuvo internada en el hospital toda la semana pasada, ya nos dimos un tiempito y subimos, espero que no quedara deprimente, Saludos.

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