!PERO YO ME HE TROPEZADO INFINIDADA DE VECES!

viernes, 21 de octubre de 2011

"Capitulo Dos"

Capítulo 2: Tóxicos. 
No tenía hambre.
Nervios, mas Acoso sexual, mas MÁS nervios, provoco falta de apetito en mi organismo. Genial, seguro cuando llegue mi última hora, todos escucharían al monstruo de mí estomago.
Trate de buscar a mi amigo con la mirada, pero no lo encontré.
- Me pone un poco nerviosa darte esta información – Me había dado cuenta que Gaby intentaba decirme algo desde que salimos de la clase (La peor de todo el día si me preguntan), al parecer ya se había armado de valor.
-¿Qué información?- Note que miraba de soslayo a una chica de cabello corto y rubio platinado. ¡Era la chica de la mirada despectiva!
- Mejor salimos – Me guío por una puerta trasera y me indico que me sentara en una de las mesas del patio. - Bien. – Se removió inquieta con expresión contrariada.- ¿No te ha explicado nada Alex? – Me pregunto incomoda. Quise bufar exasperada, pero no quería ser grosera con la única chica que me había hablado. Digo ni que me fuera a revelar que hay una mini mafia en la escuela o algo así.
-¿Me tenía que explicar algo?- Le pregunte un poco fastidiada de su nerviosismo.- Vamos Gabriela, suéltalo –
- Bueno. –Miro otra vez alrededor, como si examinara en busca de intrusos y se acerco hacia mí en actitud confidencial.- Mira, aquí hay un grupo, bueno no son un grupo, grupo, son… - Contó mentalmente, para luego volver a dirigir su mirada a la mía
– Son cuatro chicos y tres chicas, se sientan juntos por que todos les tienen miedo - Alce una ceja extrañada, ¿Miedo?
- O los benefician o en el caso de las chicas, están enamoradas de ellos.- Señalo una ventana por donde se podía apreciar la mesa de la que me hablaba, justo en la esquina derecha.
Los examine rápidamente. No se veían fortachones, ni con múltiples perforaciones o tatuajes.
- ¿Les tienen miedo? – Mi cara debió demostrar mi inmensa incredulidad porque Gaby rápidamente asintió
- ¿Por qué? Se ven normales. -
- Son… tóxicos – Fruncí el ceño contrariada, no lograba entender cómo podían causar miedo en todo el instituto un puñado de chicos.
- Son malos _____, Solo saben drogarse, tener sexo, emborracharse y tratar mal a los demás. Nadie los enfrenta y tienen el dinero para hacer que nadie los toque. – Unos niños ricos, mimados y arrogantes, Que estúpida razón para temerles, aunque pensándolo bien, la mirada que me acababa de dedicar la rubia me daba escalofríos.
– Pero los peores, son Thomas Kaulitz y Lauren Flag-
- ¿Kaulitz? –
- Si Kaulitz tu compañero de Administración – Me miro preocupada.
- No quiero asustarte pero sería mejor si te ignorara, aparte Ian se ve interesado en ti y también eso es malo. Deberías oír lo que le hicieron a una chica el año pasado. – Estaba hablando muy rápido y no entendía nada de lo que me decía.
-Espera Gab, más despacio, para empezar dime el nombre de "Los tóxicos"- hice un ademán de comilla que hizo reír a Gabriella.
- Bien, pues ahí te va: de izquierda a derecha –
- Ok. –
Mire disimuladamente a la mesa, para seguir con mi vista la lista.
 -Ian Mac, a él no le conozco muchas cosas.- El rubio que había hablado conmigo al principio de clases.
– July Roberts, se puede decir que es la secuaz de Lauren - Una chica muy delgada, con el cabello largo y rubio
– Alec y James Dawson, James es mayor, está en nuestro curso. – Ambos chicos eran de cabello castaño. James lo tenía más claro que Alec, ambos destilaban elegancia y petulancia.
- Heidi Weinreich.- Una hermosa rubia –
Lauren Flag.- La despreciativa, tenía el cabello corto hasta debajo de las mejillas y un muy buen cuerpo.
 – Y por ultimo Thomas Kaulitz.- Lo examine un poco más detenidamente que en el salón. Cabello Negro, ojos marrón, rostro anguloso y varonil, cuerpo lo suficientemente torneado, y la imagen de chico malo le quedaba perfectamente. Todo un modelo.
Los "Tóxicos", estaban sentados en silencio, no veía a ninguno comer y hablaban escasamente, excepto Thomas que no hablaba en absoluto.
- No quiero que pienses que soy la chica chismosa del instituto – regrese mi mirada a su rostro.
- Es solo que, el año pasado la chica nueva, no recibió esta plática.- Su semblante se había vuelto tan culpable que no pude hacer más que consolarla.
- ¿Qué le paso? –
- Es July – Mis ojos se abrieron con sorpresa, entonces recordé lo de la chica que había mencionado antes. La curiosidad había entrado en mí.
- No, esa chica se cambio de escuela. Al parecer, Kaulitz tiene predilección por las vírgenes, se acostó con ella y luego la trato como basura. – Su semblante era molesto, y movía sus manos como si quisiera demostrarme la importancia de sus palabras con ademanes.
- Son unos Idiotas –
- Coincido contigo – Tenía razón, ¡Ese chico era un depravado!
Nos quedamos en silencio, cada una perdida en sus pensamientos.
De reojo, note que Gab sonreía distraídamente, y supe que iba a cambiar de tema.
- Kaulitz tiene dos hermanos aquí y son todo lo contrario a él – Me dijo, parándose, dándome a entender que podíamos entrar a la cafetería de nuevo
- Bill que es Genial y Danielle que es tímida, solo habla con sus hermanos y la novia de Bill, Sarah –
Me guío hasta una mesa donde se encontraban varios chicos, entre ellos Alex.
- ¿Dónde estabas? Te estuve buscando – Una enorme sonrisa recorrió su cara, contagiándome automáticamente
- Gaby – Saludo a mi amiga que se sentó sonriéndole. Alex tenía ese efecto en la gente, contagiaba sus buenas vibras.
- Veo que ya conoces a Gabriella, el es Bill– Señalo a un tipo que bien podría ser una versión adolescente de "The rock" - Ella es Sarah, su novia – Era muy hermosa, más que la "Toxica" Heidi
– Ellos están en el último curso, todos los demás estamos en tu curso, excepto Danielle que es menor por un año – Me señalo a una chica delgada y pequeña, su cara era hermosa y ligeramente infantil, me sonrío tímidamente y dirigió su vista a la mesa donde se encontraba su hermano.
-Ellos son Ben y Eduardo - Dos chicos normales, uno castaño con ojos cafés (Eduardo) y otro de cabello negro y ojos azules (Ben). Salude a todos con la cabeza y tome asiento.
Comimos charlando divertidamente, Gaby tenía razón Bill era genial y su novia igual. Incluso hasta el apetito hizo acto de presencia, provocando que las papas fritas de Alex desaparecieran sin intervención de su dueño. Tal vez, este día no iba a ser malo después de todo, los nervios ya no estaban.
Tenía clase con Alex y Gabriella, así que caminamos juntos por el pasillo, Me sentía relajada y ligeramente feliz mientras bromeábamos en los pasillos. Nos sentamos en unos pupitres en medio del salón. No note la tensión de Gabriella, puesto que Alex me tenía absorbida en su burbuja hogareña.
Entonces, el maestro tuvo que entrar y pedirme que me presente de nuevo, dando por terminada mi racha de buena suerte.
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¡Saludos a la Tarada de mi hermana! Que reprobó mate, jaja ¡Sorry, Pam! Yo no falsifico firmas (me quedan re-malas), y almeno que Lu te mande su firma desde Argentina o convenzas a tu novio que haga la de mi papa, ¡Te van a castigar!...Me rio en TU cara.
Bueno espero les guste la nueva Fic, Gracias Marii, por comentar siempre y por dar tu opinión, Adiós!


jueves, 20 de octubre de 2011

"Capitulo Uno"

Capítulo 1: Nerviosa.

Tantee desesperadamente mis bolsos en busca de mi encendedor, mis manos temblaban violentamente, por lo que lo encontré después de diez segundos de buscar por mi bolsillo y tarde otros diez en lograr encenderlo.
Sentí la nicotina haciéndole cosquillas a las puntas de mis dedos al exhalar el humo y solté un suspiro:
Estaba nerviosa.
MUY nerviosa.
Excesivamente NERVIOSA.

Mire de nuevo mi nueva escuela y a los estudiantes que pasaban frente a mi camioneta, mirando curiosamente a la nueva adquisición, (poniéndome más nerviosa inconscientemente).

Puse mi cabeza en el volante, ocultándome de la vista, no quería que me vieran como el bicho raro que era. Pero lo que más quería es que dejaran de mirarme. No podía dejar de imaginar que sus miradas eran, amenazantes y acusadoras.

Enserio. ¿No podían mirar hacia otro lado?
- Aquí nadie te conoce - Me repetí en mi cabeza hasta que me tranquilice, mire mi reloj de nuevo. Alexander se estaba tardando.
Y mi cigarrillo casi se consumía.

Deje mis ojos descansar, pensando en la ciudad que había dejado atrás (hace dos días); la que algún día considere mi hogar y ahora solo la recordaba como mi infierno personal.

Un infierno tan horrible que tuve que cambiarme, faltando solo dos meses para acabar el año.
Pero Canadá no iba a ser así. Aquí iba a poder ser la niña torpe que no llama la atención, como siempre debió ser en Maine.

- Discúlpame por tardar tanto – Al fin.

Levante mi cara para sonreírle a mi mejor amigo. Alexander Ford.

Tire mi colilla y caminamos en silencio. Eso era algo que amaba de Alex, podíamos entendernos sin decir una palabra: él sabía que yo estaba extremadamente nerviosa, por lo que solo me pasaba el brazo por los hombros, haciéndome saber que estaba ahí y relajándome inconscientemente.

Recogí mi horario y comprobamos que solo tenía dos clases con él: Literatura y Matemáticas (Ambos estábamos en 4to semestre)

Recorrimos los pasillos camino a mi primera clase. Alex sonriendo gentilmente y yo tratando de crear un patrón con las figuras de las losas del piso. Deseaba que todos dejaran de mirarme como si fuera la octava maravilla del mundo.

-Toda irá bien _____, te ven tanto porque eres nueva y bonita, es normal- Me sonroje levemente por su cumplido, pero no le conteste. Me despedí de él cuando me indico el pasillo de mi clase.

Solo había dado un par de pasos, cuando un chico rubio y bien parecido se me acerco.

- Hola Soy Ian, Ian Mac- Sabia que alguien me iba a abordar apenas Alex me soltara pero eso fue realmente veloz.
- Tú debes ser _____, la hija de Richard–
- Am, si asi es, Hola-dije pesadamente.

El me sonrío de forma traviesa.
 La campanilla sonó indicándome, El chico puso cara de fastidio
- Con mi suerte seguro no tienes clase de Economía ¿Verdad? – Negué con la cabeza sonriendo levemente ruborizada
- Bueno, nos vemos luego – Hizo una reverencia ridícula y salió corriendo por otro pasillo.
Eso no había sido tan malo. Ojala y todos fueran como ese chico. Entre a mi salón (Gracias a Dios, el maestro no había llegado) y lo primero que capto mi vista fue una mirada azul que me escaneo despreciativamente. Dios, no. Eso era precisamente lo que no necesitaba ahorita.

Me senté en el único lugar libre, que desgraciadamente era detrás de la chica en cuestión.

- Hola soy Gabriella – Una chica menuda de cabello castaño y mirada azul bondadosa, fue la primera impresión que tuve de esa chica.

Me presente y converse con ella un rato antes de que el profesor entrara y me hiciera presentarme, fue algo incomodo. Tenía un trauma con eso de ser el centro de atención.

Ya me faltaba solo una hora para el descanso, donde por fin vería a Alexander. No me había ido mal en las clases, es solo que aun me sentía un poco nerviosa y él me tranquilizaba mucho.

El profesor de Administración me indico que esperara que me llamara para presentarme a toda la clase. Genial. Otra vez tendría todas las miradas sobre mí. Comencé a mover mi pie en un tic nervioso y sentí la necesidad de nicotina en mi organismo.

Esa era la señal de que mis nervios me estaban ganando.

Camine pisando fuertemente para no resbalar y ponerme en ridículo delante de aquellos intimidantes alumnos, sentía mi estomago retorcerse y estaba completamente segura que mi cara era la perfecta representación de un tomate.

Mire hacia los alumnos y note que entre los chicos en los pupitres estaban Ian y Gabriela.

Me presente y sonreí nerviosamente, cuando el profesor me indico sentarme a lado de un chico que tenía la cabeza recostada entre sus brazos.

Corrí la silla y me senté a su lado. El no se movió, ni siquiera dio señales de vida. ¿Estaría muerto? Vi su espalda subir y bajar lentamente, lo que daba a entender que estaba completamente dormido. Saque mis cosas para la clase.

El maestro copio los objetivos del curso en el pizarrón y se dedico a circular por el aula.

- Kaulitz, si solo entra a mi clase a dormir, no tengo ningún inconveniente en que se retire de mi clase – Me sobresalte un poco al escuchar la voz del profesor tan cerca, distinguí de reojo que el chico se removía de su posición y se pasaba una mano por la cara.

- Estoy despierto Sr. Carrigan – Tenia una voz suave, pero despreciativa, como si estuviera hablando con alguien de poca importancia. El maestro lo ignoro y siguió caminando por el salón, para luego volver a escribir en la pizarra. Note que el chico me miraba como si acabara de notar que estuviera ahí, no me gusto que me recorriera de arriba abajo, ni la sonrisa arrogante que apareció en sus labios.

Después de unos minutos sentí como algo chocaba con mi pierna izquierda, mire hacia abajo y reparé en un celular que por la elegancia, debía ser costoso.

- Tu numero – Dirigí mi vista ahora sí, directamente a la cara de mi compañero y note que… Era impresionantemente apuesto. Tenía los ojos marrones y el cabello de un extraño color entre negro y castaño. Trate de no entretenerme mucho observándolo, para no quedar como idiota.

- ¿Para qué quieres mi numero? – Le pregunte ignorándolo ligeramente, volviendo mi cara a mi libreta.

- Podríamos salir, este fin de semana – se acerco a mí, recorriendo con su mano el camino de mi muslo hasta el interior de este, donde mi mano se encontraba. – Ya sabes, la bienvenida y eso -

¡Pero qué descaro! Estuve a punto de abofetearlo, pero supuse que eso llamaría la atención demasiado, así que me limite a fulminarlo con la mirada, quitando su mano bruscamente.

El se río entre dientes maliciosamente.
- No seas tímida, dame tu número -¡Genial! Dios me amaba, me habían puesto en el mismo pupitre con un pervertido. ¡Y en mi primer día!

- No tengo celular - Era cierto, lo había perdido en un desafortunado encuentro con unos "amigos"
- Y aunque tuviera, no te lo daría. Ahora, déjame en paz – Trate de ignorarlo, dándole la espalda, pero él no se dio por vencido.

Sentí su mano deslizarse por el bolsillo de mis jeans, dejando un celular en el. Lo fulmine con la mirada de nuevo.

- Quédatelo, así podré llamarte- Saque el celular de mi bolsillo, iba a ponerlo en su lado del pupitre, pero él me tomo de
la mano, para impedirlo
- Quédatelo, me lo puedes pagar el viernes en la noche, de varias formas, si quieres – Me miro insinuantemente.

¡Pero qué idiota! Tome el celular y se lo avente a su regazo. Deseando que se cayera y se rompiera. Gracias a Dios la campana sonó y yo literalmente volé de mi asiento.
Me reuní con Gaby (que me miro inquieta) para salir del salón.
Antes de irme, repare en la mirada arrogante y la sonrisa maliciosa de Kaulitz sobre mí.
Sentí escalofríos al mirar sus fríos ojos marrones.

¡Jolines! Ha quedado Burbujeante. Oleé Tía
Jajajajajaja ¡lo siento! No puede evitar ponerlo (el enunciado de arriba), Pame me mataba por que lo escribiera, es que estuvimos viendo videos españoles y argentinos y ¡se nos ha pegado el acento, tío! Jajaja bueno, ¿Qué les parece? ¿OS gusta? (esa es de parte de Lu) Bueno comenten ¡siiiii!

"Prefacio":


Mire el reloj:
6:30
Tenía que irme en este momento si no quería toparme con Él. Dirigí una última mirada a mis amigos, que me miraron resignados.
Estaba a punto de irme, cuando la voz de Danielle se escucho de nuevo:
- Te vas con Alexander – No era una pregunta, si no una afirmación. Me tome un poco de tiempo para contestar, a sabiendas que la pequeña Kaulitz se lo diría a su hermano.
- Si, El ha sido mi apoyo y mejor amigo en los peores momentos, siempre estuvo ahí ayudándome. El me conoce mejor que nadie y lo más importante, nunca me haría daño – Bill me sonrío tristemente, aceptando mi decisión al igual que los demás. –
Todos excepto ella, mi mejor amiga.
- Si te subes a ese avión mañana, Olvídate de mi existencia – Sentí una punzada de dolor, no quería perderla. Mire sus ojos idénticos a los de Tom, más incluso ahora que se encontraban fríos y duros. – Nos estas enterrando a Tom y a mí al irte, sabes las consecuencias que traerá tu partida – Si, las sabia, pero no podía quedarme. Ya no podía perdonar a Tom.
Tenía que pensar en mí ahora. Había tratado con todas mis fuerzas y mi corazón ayudar a Tom, pero era como si te pararas en un pequeño bote en medio del mar durante un violento huracán.
Max la miro como si no la conociera, y Sarah y Bill la miraban furiosos pero ella solo me miraba a mi decidida.
Casi pude escuchar al mundo entero aguantando la respiración, en espera de mi decisión, me reí internamente de mi absurda idea. Solo era mi corazón el estúpido (y terco), el que se saltaba los latidos, aun sabiendo cual era el final.
Sentí mi pecho encogerse dolorosamente con la decisión que tomo mi cerebro.
Tendría que dejarla ir a ella también.
- Lo siento Danielle. Te voy a extrañar – Negué con la cabeza y Salí rápidamente por la puerta.
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Aclaración: Esto NO ha pasado, esto pasará en un futuro. La historia llegará a este punto en cualquier momento.